Siguiendo al viento

lunes, febrero 26, 2007

Una caminata de misterio

Hoy tenía día libre y lo destiné a hacerle unos arreglos, que mi profe me aocnsejó, a mi seminario. Era algo que sabái debía ahcer en febrero, pues en marzo se le entrega el texto al profesor que me va a evaluar en mi examen de grado. El mes pasó rápido y ay nso acercabamso al final, asique era ahora o nunca. Hace tiempo que no hacía ese tipo de trabajo y pensé que me hiba a costar mucho, pero no fue asi. Cuando terminé con los arreglos estaba tan feliz que necesitaba hacer algo, asique salí a caminar. Llegué a la linea del tren y me metí por ella, pero a las dos cuadras me salí de la linea del tren siguiendo mis instintos. Simplemente sentí como un delgado hilo que me tiraba hacia allá, una de esas sensaciones que cuesta explicar y lo seguí sin pensarlo, como lo más natural del mundo. Recién ahora me sorprendo de no haber pensado, sino que sólo doblé a la izquierda y segué la calle. La calle cruzaba Bonney roud y me di cuanta que nunca me habai metido por otra calle que no fuera la mia en esa dirección. Mientras intentaba cruzaba la calle pensé que debía tener una cuadra no más al otro lado y luego morrir al chocar en alc arretera que hay. Entonces veo el letrero que dice "dead end" y pensé en lo tétrico que sonaba eso. Se presta para una película de terror. Seguí caminando y empecé a sentir miedo pero quice superarlo y seguír no más. Observo las casa y me llama la atención una que tiene un pilar a cada lado de la entrada de autos, pero no hay reja ni portón, solo los pilares. Sobre uno de ellos hay un farol. Derrepente veo algo moverse, tras el primer susto peinsoq ue e sun gato. Me quedo quieta mi´randolo y él también. Entonces me doy cuenta de que tiene uan cola muy larga para ser gato y es un poco ma´s grande que un gato común y corriente. Debe ser un zorro pienso ahora. Me empeizo a mover de nuevo, pero despacio y mirándolo. Él sigue quieto mirandome. A medida que em alejo se me va llendo el miedo y empiezo a sentir paz. Al acercarme al final de la cuadra escucho el sonido de agua escuriendo y descubro una pequeña aseguia con agua. Debe ser de la lluvia de la ncoeh anterior, pienso. Habíamso tenido una tormenta eléctrica. Aunque hoy no había llovido y ya eran pasado als 7 de la tarde, todavái se veái posas por todos lados. Llovió mucho. El lugar emepzó a adquirir un aspecto campestre. Entonces escucho uan puerta y luego el motor de un auto. Veo que de una de las últimas casa va saliedno un auto. Me corro a un costado la calle para que no em atropellen y empiezo a camianr de vuelta, con esa sensación de paz y tranquilidad. Pero a medida que me aserco a esa casa me comeimza a volver el miedo. Me fijé que tneía las luces apagadas y por primer avez, sentí que de uan casa emanaba algo negativo, No se que, pero algo pasaba con esa casa. Cuando me hiaba lejando de nuevo, pero ahora ne al otra dirección volviendo a Bonney roud, sentí que eso negativo a mis espaldas. Era tanto, que me hacía mirar para a trás, como si hubiera algo allí. Fue todo muy raro. Cuando salí de la calle volví a casa con esa sensación extraña. Me senté nuevamente al computador y miro al lsita de reproducción de canciones a la cual el habái puesto pausa antes de salir. La que venía ahora se llamaba "la hora del destino". La pongo y dice "me metiste en un callejón, un callejón sin salida" y terminaba con "me baleaste en un callejón" No se bien que paso, ni que significa, pero esto es más que azares del destino, es como si algo me estuviera tratando de mostrar o decir algo. Las piezas se unende forma muy extraña y aún no le encuentro el sentido.

Tercera parte: el regrezo

El domingo en la tarde partía el vuelo de vuelta a Norfolk con escala en Nueva York. El Leo me fue a dejar al aeropuerto y mientras hacíamos la cola para registrarme y que me entregaran el pasaje, nos dijeron que el vuelo estaba retrasado pero que no debía tener problema pues era el mismo avión el que seguía a Norfolk. Asique hasta el momento no tenía de que procuparme y seguí haciendo la cola tranquilamente. Cuando llegué al me´so resultó que la chica que me habái atendido el jueves no me habpai cmabaiod realmente. De hecho, en estricto rigor ellos no podáin cambiar mi vuelo, porque si bien era un pasaje de ellos (Delta Air line) había sido comprado a través de US Airways (otra aerolinea). Sin embargo, arreglaron todo y me pusieron en el vuelo. Entonces agradecí que el avión se hubiera atrasado, pues no se si el tiempo hubiera alcansado para todos esos trámites. Caudnoe stuvo todo arreglado, aún flataba tiempo para enbarcarem (debido al retraso) asique me pude despedir con calma del Leo. Después de la despedida crucé el sector donde está la policía revisando y me hicieorn entrar a una máquina que te tira aire. No se para que sirve y nunca antes me había tocado. Luego busqué mi puerta de embarque y me senté a esperar. Derrepente uno de los tipos de la aerolinea se acerca a unas personas que estaban delante mio y els dice que debido al retraso el vuelo no va a seguir a Norfolk y que les ofresen subirlos a un vuelo que va a Philadelphia donde deberán pasar la ncoeh apra toma run vuelo a Norfolk al otro dái en la mañana. Entonce sme metó yo y les digoq ue también voy a Norfolk y si hay alguna forma de llegar hoy. Obviamente me responden que no. Entonces les pregunto si hay un vueloq ue salga de allí al día siguiente, proqu eno quería pasar otra noche en un aeropuerto y acá si tenía donde dormir. Me dicen que el próximo vuelo en el que me podría ir sale el miércoles. Entonces pregunto si me pueden reembolsar la plata pensando en tomar un bus o algo así al día siguiente, para evitar dormir en el aeropuerto, pues de todas formas llegaría al día siguiente a Virginia Beach y faltaría un día más al trabajo. Van a habalr a US Airways y vuelven con uan respuesta afirmativa. Hago entonce slos trámites del reembolso y busco un taxi para ir volver a la casa donde está viviendo el Lleo, quien obviamente se sorprendió al verme llegar de vuelta, pues juraba que yo ya hiba viajando. Luego de dar las explicacioens correspondientes me me´ti a internet a ver las opciones de viaje. Compré pasajes en bus par anueva York y de ahí a Virginia Beach. Era la mejor opción. Aique dormí una noche más allá y al dái siguiente tras desayunar partí a la estación de buses. Nueva despedida y emprendí finalmente el viaje de vuelta. En Albany debía cambiarme de Bus y esa estación era un colapso. Había que hacer filas en las puertas de embarque de cada dirección y las colas se enredaban, contaba distinguir una de la otra. Solo se veía un tumulto de gente. Logré encontrar mi fila y alcancé a entrar justo al bus. Sólo entraron como 4 personas más al bus despues de mi. Pensé entonces que todo estaba listo, pero en la carretera había mucho tráfico y empecé a temer que se retrasara y no llegara a tiempo para tomar el próximo. Justamente fue eso lo que ocurrió. Pero no solo el bus se atrasó, luego la maquinita para comprar boletos del metro no me aqceptaba la tarejta y tampoco la plata. Después de varios intentos, finalmente pude comprar un boleto y entrar al metro. Debía tomar el metro apra llegar al barrio chino de donde salía el otro bus. El bus salía las 5 y llegué a las 5:15. Traté de subirme a otro pero no función. Me había quedado en Nueva York y debería pasar la noche allí. Primero me empecé a desesperar y me dieorn ganas de llorar, esto no podía ser. Pero no llegué a llorar, me di ánimo y pensé en que hacer. Por lo menos ya conoc+ia esa ciuda dy algo me manejaba allí. Conocía uan buena hostal en alq ue me habái quedado la vez anterior, pero no em acordaba exactamente donde quedaba. Llamé entonces al Leo y el pedí la dirección exacta. Con eso me podái hubicar en el mapa del metro y así lo hice. Caché que lineas tenái que tomar para llegar a la hostal y bajé a tomar el metro. Obviamente las lineas que necesitaba no estabn funcionando. En el metro de nueva York siempre hay cambios, eso es lo que lo hace tan enrredado. No te puedes simplemente guiar por los planos, porque siempre hay cambios. Po rla estación donde yo estaba pasaban 2 line sy 1 de esas me servía para llegar a la hostal. Pasó la que no me servía y cuando uan señora del emtro me ve que no em subo me dice que el otro tren no está pasando asique que em suba aeste. Me subí y adnetro miré si se topaba con la otra linea que em llevaba al hostal en alguan parte. En la próxima estación podía tomar la otra linea, asique me bajé allí. El tren que yo espero no pasa y veo a unos policías, asique voy donde ellos y le spregunto. me dicen que en efecto esa linea tampoco está funcionando ese día y me pregutna a donde voy. Les doy el nombre de la estación y me dicen que toma la linea A para llegar allí. Así lo hago y gracias alos policías pude llegar a mi destino.
Registro en la hostal, me dan las llaves y voy a la pieza. Obviamente, la llave tenía una mañana y me costó abrir la puerta. En la pieza había una japonesa, uan señora que había ido a NY por unos tratamientos contra el cancer. Una australiana que trabajaba en Tokio y una estadounidense que había ido a una netrevista de trabajo a NY. Las australiana y la estadounidense hiban a salir a un bar y me invitaron. Lo pense´por un instante y me dije: "ya que estoy acá aprovechemos" asique partí con ellas. No sabáin en realidad a donde ir, pero la japonesa (que parecía saberse todos los datos de NY) le dijo donde podái encontrar un bar por allí cerca. Caminamos hasta el sector donde nos dijo la japonesa y comenzamos a buscar uno. Vimos un par de luagres pero no nos tincaron y la estadounidense dijoq ue habái visto uno serca de dodne nosotros estábamos, asique decidimos emprender el cmaino de vuelta e ir a ese. Justo entonces encontramos uno que sí nos tincó y entramos. Nos sentamos en la barra, yo pedí una cerveza mientras las otras 2 pidieron vino. La verdad es que el vino de acá no es muy bueno asique prefiero pedir cerveza antes que vino, después de todo estoy acostumbrada a los vinos de Chile que son arto mejores. Nos pusimos a conversar en tonces. Por primera vez estoy en un grupo donde nadie sabe español, de hecho mis 2 interlocutoras tienen el inglés como lengua madre. Entonces descubrí que mi inglés está bastante bien, pues no tuve problema en entablar conversación con ellas. Al rato el tipo de la barra nos pregunta de donde nos conocemos y le contamos que sólo porque somos compañeras de pieza en la hostal donde nos estamos quedando. Responde con un "haaaa" que da muestran de que todo le hace sentido. Supongo que nuestra conversación debe haber sido un tanto extraña. La estadounidense se rajó con algo para comer y pedimos un segundo trago. Terminado eso emprendimos el regreso a la hostal, pero en el camino a la australiana le vino un antojo de comer algo con chocolate y obviametne nso pegó el antojo a todas. Pasamos entonces al minimarket que hay frente a la hostal a comrpar algo y nos fuimos a la sala de estar a terminar la noche. Después de eso nos fuimos a acostar.
El bus del día siguiente salía alas 5 d ela tarde asique quice aprovechar el día para recorrer todo el sector del Centras Park que no había alcansado a conocer la vez pasada y quisas alcansara a sacarel fotos los lugares que no pude antes porque se le acabaron las pilas a mi cámara. La japonesa le dio a al australiana ya ala estadounidense una picada donde se comía bien y barato. las tres se hiban a juntar allí a almorzar y me invitaron pero les dije que no sabía si llegaría porque quería recorrer el parque. Igual me dieron las indicacioens de como llegar, por si a caso. la joponesa me regaló unas mini donas y un paquete de carbitas apra el viaje, pues dijoq eu me hiba a dar hambre. Todos fueron muy simpáticos con migo de hecho. Me despedí de ellas y partí al parque que estaba prácticamente al lado de la hostal. Entré bastante cerca de la entrada del aldo de arriba y decidí ir bajando hasta llegar a donde había estado antes, pero como todos los caminos son circulares y hay muchos caminos, derrepente me encontré en la entrada de el lado de arriba. Realemnte ese lugar puede ser un laberinto. Despues de eso decidí seguir el mapa y así logré recorrerlo entero. Estaba cubierto de nieve, lo cual le daba una belleza distinta a la que le habaí encontrado la vez anterior, pero seguía siendo hermoso. Es increible lo enorme que es y todo lo que hay dentro de él. Descubrí 1 castillos,
vista desde el castillo

2 canchas de patinaje, un teatro de marionetas, canchas de múltiples deportes, varias plazas con juegos infantiles, varias lagunas y un lago todos congelados,
un puente sobre una parte angosta de un lago

varios riachuelos (con patos incluidos) que producían algunas cansadas, cerros boscosos que contrastaban con un jardín perfectito como los que hay alrrededor de los castillos europeos . También hay una casa del ajedrés que ya había visitado antes,una especie de escenario al que le llaman "the mall" y una parte con estatuas de autores literarios a la que le llaman "el paseo literario".

el escritor y su ardilla negra

tarzán en la ciudad

el poeta romántico

Walter Scott y su perro


columbus

el escritor antiguo tipo Shakespeare

Salí del parque por la entrada de abajo y caminé por la calle de las américas donde están los escudos de los distintos paises. Obviamente no podía falatar el de Chile.
Pasé a compara algo para comer a una "pahrmací" que es una mescla entre supermercado y farmacia y seguí en direción a uane stación de metro donde podía tomar la linea que llegaba al bario chino yq ue yo sabái ya que estab funcionando. Lleguéa la estación del bus arto antes, porque no pensaba en quedarem abajo denuevo por ningún motivo. Asique tuve que esperar un buen rato allí, pero finalemten tomé el bus y logré llegar de vuelta a mi hogar en Virginia Beach a eso de las 12 de la noches.
Al día siguiente fui a trabjar a las 9 de la mañana. Volví así a vida por estos lares, pero no por mucho tiempo. Hablé en Hardee's y solo trabajaré hasta el 8 de marzo. El nueve tomo nuevamente un vuelo rumbo a Albany (esperemos que esta vez tenga un viaje menos anecdótico). Estaré un par de semana en Schenectady y de ahí emprendo el vuelo rumbo a Miami. Así comienza el fin de mi viaje por los Estados y después de todo, el tiempo se ha pasado volando.



viernes, febrero 23, 2007

Segunda parte: la estadía en Schenectady

Supuestamente el miércoles tenía la reunión con Maritza Osuna, la encargada de este momento de la beca para ser ayudante de español Union College. Debido a la tormenta no pude llegar, sin embagro a ella también se le habaí aparecido ciertos incovenientes para la hora fijada, asique no tuvo problema en recibirme el viernes. Cuando llegué a su oficina tuve que esperarlaunos minutos, letal esperar, porque me empecé a poner nerviosa. Con todo lo ocurrido había logrado no pensar en esa reunión y así evitar los nervios, pero allí apareció todo. Sentí que el principio fue lento, pero que finalemtne logramso tener una buena conversación. Me dio gusto conversar con alguien que enseña lengua sabiendo poniendo el incapié en que es mucho más que una lengua, es toda la cultura lo que está en ella y que es imposible entender y usar bien una lengua si no se aprende sobre la cultura. El ver a alguien con esa visión fue reanimante. Espero haberle causado una beuna impresión. Solo unos minutos después de la sitada reunión conocí a la profesora con la que esta trabjando el Leo este semestre, otra de las personas que vota para elegir al ayudante de español del próximo año. Me cayó bien y creo haberle dejado una buena impresión. Ahora si que si, solo queda esperar hasta abril, cuando me debieran dar los resusltado.
La universidad me encantó. El lugar es precioso, por lo menos bajo nieve y parece serlo también sin nieve. a la salida de la casa donde está viveindo el Leo
en un patio entremedio de edificios de Union
el jardín favorito del Leo
Las comidas son buffés donde puedes elegir entre muchas ensaladas, pedir sandwisches con lo que quieras, comer frutas, comer helado, tomar sopas, y elegir entre distintos platos de comidas. Yo estaba feliz, hace mucho que no comía tan bien.
El viernes en la noche fuimos a ver una obra de teatro dirigida por la mexicana amiga del Leo. "The vagina Monologues" (los monologos de la vagina) se llamaba la obra. Encontré que la obra er abuena, pero no así al puesta en escena. Habían actrices muy malas y otras relavitamente buenas. Ninguna excelente. A pesar de ello se podía apreciar lo bueno del guión. Sabía que era una obra muy renombrada y pro lo mismo no estaba segura si me hiba agustar o no y de heco em sorprendió que fuera tan buena. Muchas veces pasa que estas obras se vuelven famosas por la temática feminista y no por que sean realment buenas. Asique me llevé una beuan sorpresa. El sábado en la noche había una fiesta formal con, máscarasy después la fiesta de cumpelaños del Leo, corrida debido a la dichosa tormenta. Para poder ir a la primera fiesta partimos al Mall de Albany a buscar vestimetna apropiada. hace tiempoq eu el Lleo me quería regalar un vestido y ahce tiempo que yo quería uno rojo. Finalmente se cumplieron ambas. Eso sí, el Leo quería una camisa roja que no pudimos encontrar, aunque literalmente recorrimos todo el mall.
Cuando llegamos a la primera fiesta no había mucha gente y los que habían bailaban cuaticamente, como bailes de salón, aunque fuera música común y corriente. Primero pensé que era yo la que no estaba acostubrada, pero el Leo también lo encontró raro y después lo comentamos con otras personas y fuimos dandonos cuenta de que no eramos los únicos extrañados. De a poco fue llegando más gente y algunos empezaron a bailar de formas a als que yo estaba acostumbrada. Claro que cuando la pista de baile se llenaba era cuando sonaban bailes que tenían correografía prehechas. Eso me sorprendió. Realmente se ponían en filas y empezaban todos a hacer la coreografía, tal como pasa en los musicales. Yo que pensé que eso solo ocurría en las películas, claro que en la vida real no son tan coordinados. En una tocaron la macarena y fueron todos ala pista de baile a hacer la coreografía, que es lo más fácil del mundo, pero hiban a destiempo. Eso ya era el colmo para mi. ¡Como nadie se daba cuenta! Bailamos, comimos, tomamos y partimos a la casa, pues debíamos recibir a los invitados en la otra fiesta. Cuando llegamos estaba Juan, un chileno que ha vivido casi toda su vida en USA, y unos amigos de él. También estaba la Mexica. A ambos personajes los había conocido previamente. Amina, la compañera de casa francesa del Leo, se había ido a cambair, pero luegoa apareción al tiempo que llegaba su amiga (de quien no me acuerdo el nombre, comprenderán que me tiraron una tonelada de nombres por esos días). Al rato se fue el chileno con sus amigos y las fiesta parecía no tomar fuerza. Sin embargo, comenzaron a gotear personas y derrepente se armó el carrete. Me sorprendió que cuando mejor lo pasé fue cuando estabamos los latinos hueviando: una argentina, la mexicana, un colombiano y nosotros 2. Después de todo, parece que en verdad tenemos algo en común que nos distingue y nos une.
Así se pasaron los días. El domingo ya debía volver a Virginia Beach y la verdad es que no tenía muchas ganas de regresar, pero el trabajo me esperaba. Ya había falatado 2 días producto de los imprevistos y por lo menos me había tomado unas breves vacaciones de ese lugar. Un respiro que me daba ánimo para terminar mi tarea. Sin embargo, como ya les anuncié, la aventura no había terminado aún.

viernes, febrero 16, 2007

La odisea del viaje a Schenectady. Primera parte: El viaje de ida

Como bien saben, el miércoles 14 de febrero partía rumbo a Schenectady. Debía tomar un vuelo en el aeropuerto de Norfolk a las 5:50 de la mañana. Ese avión llegaba a Philadelfia y de ahí tenía que tomar otro hasta Albany, donde el Leo me iría a buscar a eso de las 9 de la mañana. Como era tan temprano no me podía ir en locomoción colectiva, asique pedí un taxi el día anterior. Me levanté a las 3:40 de la mañana, para evitar cualquier inconveniente, pero el taxi que había pedido no llegó y debí llamar a otro taxi para lograr llegar al aeropuerto. A pesar de todos las medidas que había tomado, llegué tarde. Sin embargo, cuando me estaban tratando de poner en otro vuelo, la señora que me atendió me dijo que los vuelos desde Philadelfia a Albany se habían suspendido y que recién el primero hiba a salir a las 2 de la tarde, asique daba lo mismo que hubiera perdido el primer vuelo porque igual habría tenido que esperar en Philadelfia. Me puso entonces en el próximo vuelo a Philadelfia y en ese de las 2 a Albany. Así comenzó la odisea. Luego me enteré de que el vuelo que en un prinicipio debía tomar, el de las 5:50, había llegado a Philadelfia pero como la pista estaba congelada, no habían podido aterrizar porque el avión se refalaba y debieron volver a Nolfork. Resulta que el martes en la noche comenzó una tormenta de nieve que afectó gran parte del país y que dejó la embarrada con los vuelos. De esa tormenta sólo me enteré el dían an terior y deseé que empezara después de mi viaje. Cuando ya estaba en medio de esta aventura, me enteré que además era el fin de semana de los presidentes, una feriado escolar que remplaza lo que antes fue la celebración del cumleaños de Kenedy.
Como el Leo me hiba a ir a buscar al aeropueto debía avizarle que ya no llegaría las 9 de la mañana si no a las 3 de la tarde. Me acordé de que tenía su teléfono anotado en mi libretita, asique lo traté de llamar, pero resultó que tenía malo el teléfono. Pensé en tratar de hubicarlo por internte, pero no había llevado mi laptop y no había forma de ocupar internet en el aeropuerto si no tenías tu propio computador. Acá todo el mundo anda con su laptop. Finalmente se me ocurrió llamar a la mamá del Leo y pedirle a ella el número de él. Así lo hice y pude entonces avizarle los cambios, que recién comenzaban. El avión en el que ahora debía viajar, lo retrazaron y lo retrazaron y lo retrazaron, cosa que a mi no me complicaba simpre y cuando llegara a tomar el vuelo a Albany. Cuandp empezó a peligrar el poder alcanzar mi conexión, hablé con la persona de la aerolinea que estaba a cargo de mi vuelo y ella dijoq ue em hiba a meter en el vuelo de las 5:50 que probablemetne saliera antes que el nuestro. Sin embargo, tras varias horas de retrasos, finalmente cancelaron ambos vuelos. Entonces me dieron la opción de tomar un vuelo a Charlotte y de ahí uno a Albany, opción que tomé, pues parecía que el problema era Philadenfia. Nunca antes había escuchado esa ciudad y cuando la miré en un mapa caché que en vez de acercarme a Schenectady, con eso me alejaba, pues estaba en la dirección contraria. Me estaba dando la vuelta del tonto, pero parecía ser la única forma de llegar a Albany. Como el despelote era tan grande, el vuelo a Charlotte que me dieron era uno que ya estaba atrazado y que de hecho debería haber partido horas antes de que cancelaran mi vuelo. Con el nuevo itinerario llegaría a eso de las 6 de la tarde a Albany, asique llamé denuevo al Leo para contarle las novedades. Llegué a Charlotte y resultó que el vuelo a Álbany también se había cancelado. Ahora estaba barada en una ciudad que no conocía y debía hacer una media cola para saber que hiba a pasar con migo. En ese minuto exploté y lloré un poco mientras hacía la cola. Tras desahogarme un poco volví a darme ánimo y disfrutar de la aventura. Ese aeropuerto sique estaba colapsado, porque como allí tenían buen clima la gente llegaba pero luego no podía seguir a su destino, tal como me había pasado a mi recién. En realidad, a ratos más parecía un alberge que un aeropuerto. Había tanta gente que no cabían en los asiento asique muchos estaban sentados en el suelo o parados. Era un verdadero asinamiento. Cuando finalmente me atendieron, la chica me dio la opción de tomar un vuelo a Philadelfia que salía en menos de 1 hora y que tomara luego uno de Philadelfia a Albany que llegaría alas 10 de la noche, pero me advirtió que no podía asegurar que no se cancelara el vuelo a Albany. Claro que estar barrada en Charlotte o en Philadelfia daba un poco lo mismo, de hecho por lo menos Philadelfia estaba más cerca de Albany, asique tomé esa opción.
Partí a la puerta donde debía tomar el avión y cuando miré el pasaje me di cuenta de que era en primera clase, asique por lo menos disfrutaría de un viaje cómodo. Parecía que las cosas empezaban a salir mejor. El vuelo se atrazó, por multiples razones, incluso cambiaron la tripulación cuando estabamos a punto de zarpar, porque la que hiba con nosotros la mandaron a otro vuelo y en nuestro avión se fueron unos voluntarios. El caos era realmente grande. Sin embargo, el avión partió y llegamos a Philadelfia, donde debimos esperar un buen rato en el avión, ya que la manga se hechó a perder y no la podía abrir. Ya todos nos reímos de las cosas que sucedían. Había que tomarselo con humor no más.
Cuando finalmente me bajé de avión me enteré de que obviamente el vuelo a Albany había sido cancelado. Asumí al tiro que pasaría la noche en ese aeropuerto, pues sabía que no había forma de que llegara a Albany ese día. Lo que más pena me daba era no llegar donde el Leo en el día de su cumpleaños y arruinarle un poco su día :( . Nuevamente debía hacer una cola para ver que pasaría con migo y esa era mil veces más larga que la que había hecho en Charlotte. De hecho estuve cerca de 3 horas en esa fila. Habían unos alemanes adelante, unos brasileros atrás y un estadounidense que quería mejorar su español al lado mío. Entre todos conversamos y pasamso el rato. El estadounidense me pedía que el corrigiera su español y me preguntaba como se decían ciertas cosas, al mismo tiempo que él me corregía mi inglés. Me tocó un buen grupo al rededor que hicieron esas horas menos tediosas. Derrepente llegó una señora y le preguntó a los brasileros (que tenían más cara de latinos que yo) si sabían español y le respondieornq ue no pero que yo si. Resulta que habái una señora que solo hablaba español a la cual no le podái explicar que su vuelo había sido cancelaod y que debía hacer esa cola para saber que opciones tenía, asique tuve que darle las malas noticias y me ofrecí a haverle de traductora en el mesón de la aerolinea. Leugo volví a mi lugar en la fila, que ya era bastante adelante. por lo menso al gente d ela aerolinea se apiadó de nosotros y nos regaló botellas de agua y galletitas. Tal como me suponía, me pusieron en un vuelo a Albany que partía al otro día en la mañana. Luego fui donde la Señora que no hablaba inglés e hice practicamente denuevo la fila con ella. Resultó ser una mexicana que se habái casado a los 15 años y tenía 3 hijos todos los cuales se habían casado a los 15 años. Me sorprende que todavía haya gente que se case tan temprano. Una de las hijas vivía en USA, hiba donde ella, le cuidarái el hijo porque ella debía viajar. Con todos los atrasos no alcanzaria a ver a su hija antes de que partiera, pues la chica partía al día siguiente y la señora consigió un viaje para la mañana siguietne, igual que yo. Después de hacerlas de traductora las hice de guía y la dejé en la puerta donde debái aboradar a la mañana siguiente. Luego de todo ello partí a buscar mi puerta, pues Philadelfia tiene un aeropuerto grande. Yo tenía una puerta F que de hecho estbaan al otro lado de dodne habái dejadoa la señora. En el camino hacia mi puerta llegué a una parte donde salía que si uno entraba no podía volver. Había un trabajador del aeropuerta allí asique le pregunté si ese era el camino correcto y me dijoq ue si, pero que me aconsejaba no ir para allá todavía porque al otro lado no habían lugares dodne comer ni nada por el estilo. Llegué hasta allí entonces no más y busqué un lugar donde acostarme a dormir. Había un pasillo que tenía alfombra, donde arta gente se acostó y que estaba cerca de los lugares con comida. Obviamente yo no era la úncia que pasaba la noche allí, habían hasta abuelitos durmiendo en el suelo del aeropueto. Me acomodé en un rinconcito y dormi, pues estaba muerta. Había sido un largo día, ya eran como las 11 de la noche. Ni si quiera comí porque el sueño le ganaba al hambre. Puse el despertador de mi reloj a las 5 de la mañana para comer algo y luego cruzar al otro lado. A eso de las 2 de la mañana me desperté con sueño asique fui a comprarme un café y descubrí unas sopas, asique me tomé una. Era cumplía la doble función de alimentarme y quitarme el frio. Depués de comer volví a mi rincón a dormir. A eso de las 4 de la mañana volví a despertar con frío, esta vez si me tomé un café y me comí una galleta que había guardado de las que nos dieron en la fila de la noche anterior. Me senté y escribí lo que en un principio, cuando aún estaba en el aeropuerto de Norfolk, era una carta a mi abuela. A estas alturas se había transformado en mi crónica del viaje. Allí hiba relatando pasa a paso lo que ocurría. Cuando terminé de anotar los últimos acontecimientos, crucé el umbral hacia las puertas F. Debía pasar denuevo por la policía, dodne revizaban el equipaje y finalemtne llegué a la puerta de mi avión. Allí conocí personas que estaban desde el martes tratando de llegar a Albany. Dentro de todo, yo había tenido suerte. Claroq ue lso contratiempos no se acababan todavía. Se acercaba la hora de partida del vuelo y el piloto no llegaba, recién apareció sobre las hora. Entonces no hicieron abordar y me tocó justo en la salida de emergencia, otra cosa que nunca me había pasado. El avión era bastante viejo, se notaba en cosas como los asientos. Por todo lo que habái ocurrido hasta ahroa no descarté del todo el que tuvieramos que ocupar la salidamde emergencia, asique miré bien las instrucciones. Gracias a Dios no tuve que ocuparlas. En el viaje nos tocó bastante turbulencia y un burro un rato que viajamos entremedio de las nubes. Derrepente subimos y el sol estaba justo como haciendo una puesta de sol en el amr de las nubes. Era una hermosa imagen, de esas que nunca se borran.
Más de 24 horas después de lo planeado finalmente llegué a Albany y no veo al Leo por ninguna parte. Finalment elo llamo y me dice que no habái podiudo conseguir ningún taxi, que con lo de la tormenta no habaí ninguno disponible. Le pedí entonce sla dirección para conseguir yo uno allí en el aeropuerto y poder llegar a su casa. Claro que primero tuve que ir a hablar a Delta, la aerolinea con la que me volvía, pues en principio debía tomar un avión de vuelta Norfolk ese mismo día. Me dijeron que recién había un vuelo para el domingo, asique lo cambié para entonces y fui a buscar un taxi. Me dijeron que tendría que esperar un poco porque no tenían taxis disponibles al tiro. Finalmente tomé un taxi junto con una pareja de abuelitos y una señora, quienes iban a Schenectady también. Primero llevaron a la señora a su casa, donde el tipo que limbiada las entradas de nieve no habái apsado, pro lot nato, para entrar a su casa la señora tuvo que cruzar el antejardín con nieve que le llegaba cerca de la cintura. por la cantidad de nieve que había caido era realmente impresionante. El taxista nos cont+o que ella er auna cliente regular y que sabái que hiba a entrar a su casa y lalamr al tipo que debería haber ido para subirlo y bajarlo, proque era de esas é´rsonas que si se les met+ia algo entre ceja y ceja lo conseguía. Además nos dijo que era mejor ni si quiera ofreserle ayuda, porque no la hiaba aceptar de ninguna parte. Asique la dejamos cuando estaba emepzando a cruzar el antejardín y partieorn a dejarme a mi. El taxista era oriunda de Albany y antes había trabajado vendiendo autos. Nos contó que una vez tuvieron que buscar los autos clavando una estaca, porque no se veía nada. De hecho, supe que habían habido nevadas mucho peores otros años, cosa que para mi era in imaginable. Cerca de la casa doden está viveidno el Leo había un montoncito de nieve en la calle que hab+ai que cruzar para llegar. El taxista aceleró un poco, al cruzó dejó de acelerar. Tenía toda la tecnica, no patinó ni nada, realmente estabamos con el chofer correcto. Así terminaba la primera parte de esta viaje. Había finalmente llegado a mi destino donde el Leo me esperaba con los brazos abiertos. Y se produce el final feliz de la comedia romántica. Comiensa a sonar la música mientras la pareja se besa y se abrasa. La cámara se aleja y la imagen se desvaneces. Salen los crédito y los televidentes lloran emocionados.

domingo, febrero 11, 2007

Siguiendo al viento...

Para varia, anoche hubieron algunos cambios de planes de último minuto. A eso de las 10 de la noche le cantamos cumpleaños feliz a Felipe, con una torta que le compramos. Luego, a eso de las 11:20 estabamos tomando el bus para ir a la playa a un carrete en una pieza de un hotel. La Vale se fue en el auto de Yamal, con Bud y Nelson, porque no cavíamos todos asique ella las hiaba a hacer de guía para los gringos. Nos juntamos en la entrada del hotel y entramos a preguntar por la pieza. El señor de la recepción saltó cuando le dijimos el número y llamó a la pieza para empezar una discución con los inquilinos, pues en el hotel no se permitían fiestas. Los ánimos se elevaron hasta el punto que el caballero de la recepción amenasó con llamar a la policía y hecharlo de esa forma del hotel. Tras escuchar aquellos dicho nos viramos a la casa de los chilenos que viven por allí en la playa. Como la Vale andaba en auto llegó antes y se pilló a los chilenos saliendo rumbo al hotel. Les contó lo sucedido pero ellos decidieron ir igual. Nosotros llegamos y los esperamos pues sabíamos que hiban a volver en un 2 por tres y así no más fue. Nos enteramos por el pato que de hecho sí llamaron a los pacos. En todo caso, a quien se le ocurre arrendar una pieza de un hotel, donde hay como política del hotel que no se hacen fiestas en las piezas, para hacer precisamente una fiesta. Fue un gringo que estaba de cumpleaños quien había arrendado la pieza, personaje a quien a todo esto no conocemos. Ya que el otro carrete se funó, la fiesta continuó en la casa de los chilenos. De alguna forma se pasó el rumor y al rato llegaron los brasileros, los peruanos y una mexicana. Apenas cabíamos todos en la casa, que mal que mal no es muy grande, pero lo pasamos bien.
No se a que hora llegamos a la casa, esta vez no me importaba porque al día siguiente tenía libre. Dormí hasta como las 11 de la mañana, hace tiempo que no dormía hasta tan tarde (sí eso es tarde para mi, sobre todo acá). Fue más o menos la hora en que todos nos levantamos, excepto la val que sí tenía que trabajar y a las 6 de la mañana. Tras tomar desayuno Felipe y Seba se fueron. Nos despedimos sabiendo que probablemente no nos veamos hasta que volvamos a Chile, porque el Seba se va a principios de marzo y Felipe sólo unos días después. Además entremedio van a ir a Washington, asique es difícil que vengan denuevo para acá. Así comenzaron las despedidas denuevo. Fue raro, porque todavía me queda bastante tiempo acá, pero de a poco se va acercando el final.
Después de la despedida me fui a duchar. Me vestí, hice mi cama y me hice reiki. Cuando me estaba haciendo reiki sentí que quería comer algo fresco, como ensaladas, no quería más tallarines ni nada popr el estilo, nada de masas. Asique cuando terminé de hacerme reiki partí al Farm fresh (el supermercado que tenemos acá cerca), donde tienen un buffé de ensaladas de las cuales uno puede elegir a su gusto y te cobran por peso (3 dolares la libra, osea como 1.500 pesos el medio quilo, lo cual no es caro para acá). El día estaba presioso, no asía frío (para los parámetros de acá). De hecho no me puse guantes, me saqué el gorro y me abrí el cierre del polerón (que tenía en cima del chaleco y debajo de la chaqueta), lo cual es harto decir. Estaba tan rico el día que cuando venía de vuelta decidí desviarme un poco y caminar por la linea del tren hasta el puente. Me senté en la mitad del puente a mirar, sentir y pensar. En ese lugar sólo se escucha el ruido del viento moviendo unas enormes colas de león secas (las colas de león son unas plantas que parecen unas enorme pluma). Ese sonido era sólo interrumpido a ratos por el de un pato sumergiéndose en el agua, uno de los 3 o 4 patos locos que andan por esas aguas sucias y heladas. En esta época no hay tanto verde rodenado el río, sólo algunos arboles aportan el colorido, el resto está seco. El panorama es medio desolador al mismo tiempo que hermoso. Hay mucha basura que la gente ha tirado. Vi una silla vieja a medio sumergir y varias bolsas atrapadas entre ramas. Además, atravieza el rio un enorme tuvo de fierro oxidado adornado por un grafiti. Es la viva imagen de la destrucción de la naturaleza producto de las sociedades modernas o postmodernas (o postpostmodernas, a falta de mejor nombre para lo que
hay ahora). Lo increible es que apesar de todos esos vestigios de lo peor de las sociedades, se podía apreciar lo hermoso de ese lugar. Lo cual en parte sólo lo hacía más desolador, pues se hace muy patente el cómo la obra humana a destruido semejantes paraisos naturales. Estaba ahí como un monumento a la destrucción de la naturaleza producto de estas sociedades llenas de tecnología y de comidas chatarras, llenas de productos desechables. Esque era posible imaginarse ese lugar en su esplendor y se producía una mezcla de sentimientos en mi interior. Sentía paz, tristeza, maravilla, desolación, tranquilidad, asombro, todo al mismo tiempo. Es increible como 1 lugar te puede producir todo eso!
Cuando las manos se me empezarona helar emprendí el camino de vuelta la casa, sabiendo que debía llegar a una cita con el Leo por internet, para que me ayudara a poder ver el partido de la Católica por un programa que había bajado. Llegué y tras una serie de inconvenientes finalmente pude ver el partido comiéndome la ensalada que había comprado.

PS.: ¡¡¡VAMOS CATÓLICA, SIGAMOS INVICTOS!!!

viernes, febrero 09, 2007

Salida fallida

Acabo de llegar del centro de la ciudad. Fui con la val, porque ayer habían ido ella con Alvarito y habían visto un cartel que decía que los viernes sábado y domingos había show en la plaza. Cuando llegamos allá y no vimos nada fuimos a leer denuevo el cartel. Esta vez nos fijamos en el pequeño detalle de que eso ocurre en el verano. En todo caso es entendible que no haya show al aire libre con este clima. Dadas las circunstancias nos compramos un helado y caminamos de vuelta a casa por la linea del tren. A la ida habíamos visto a un joven al borde de la linea del tren, donde está el puente, sentado. A la vuelta aún estaba allí y no mirando el paisaje, más bien miraba el suelo. No se si estaría esperando a alguien o sería su lugar de escape cuando está enojado o apestado. Cuando yo estoy chata de mi casa me voy a la plaza que está en la esquina. Pensé que si viviera por esos lugares me iría allí en esos momentos. En el camino se puso el sol y se oscureció. Cuando estabamos llegando miré hacia arriba y vi las estrellas, porque estaba despejado. Hace tiempo que no las veía. Comentamso entonces lo nítidos que se ven los colores acá cuando está despejado, como el cielo es realmetne celeste y los árboles realmente verdes. También conversamso sobre lo raor que es no ver cerros a tu alrrededor. Pequeños detalles que distingen los lugares.

Rompiendo la rutina

Hoy era mi día libre, asique rompí la rutina de los días de trabajo de las últimas 2 semanas. Me despierto al rededor de las 8 de la mañna. Me hago reiki hasta cerca de las 9. De ahí me levanto, me ducho, miro el tiempo en www.accuweather.com y me visto. Tomo desayuno, generalmente con la Vale, mi compañera de pieza. Allí aprovechamos de copuchar algo. Después hago la cama, me lavo los dientes y parto al trabajo pasadito las 10 de la mañana. Como un cuarto para las 11 llego a la pega, me pongo el uniforme y comienzo a trabajar. A las 5 de la tarde termina mi turno, aveces a las 6. A esa hora pido mi comida, me saco el uniforme, como alguna de las cosas que pedí en el local, el resto me lo llevo a la casa. Camino hasta la casa. Al llegar me preparo un te para reponerme del frio tomado, prendo el computador y me meto a la cama a comerme el resto de la comida con el té mientras hago algo en el computador. Ese algo puede ser ver algún capítulo de "Gilmore girls" "Heroes" o "Ghost Whisperer" (las tres series de televisión que me gustan y sigo), meterme a MSN, escribri en el blog, ver o leer las noticias, ver algún patirtido o llamar por teléfono. Esque mi computador las hace de TV, teléfono, radio, diario y pc. Es mi único medio de comunicacion con el exterior. La magia del internet, todo a la mano (aunque eso pueda ser terrible si no es bien usado, como todos los grandes inventos). Después me ponía pijama y me acostaba a dormir. Simpre alcanzo a ver a Alvarito y la Vale llegar de la. Ellos son lso que trabajan más tarde, es común que trabajen hasta el cierre que los dáis de semanas es a las 10 y los viérne sy sábados a las 11. Asique suelo acostarme a dormir a eso de las 12. Al otro día la rutina se repite, a menos que tenga día libre.
Primera vez que tnego uan rutina tan marcada. En el colegio o en la U, si bien debái ir todos los dái al mismo lugar, no era asiempre lo mismo lo que hacía. Los cursos variaban, tenía extraprogramáticas. Bajo este esquema los dáis de la semana dan lo mismo, no importa si es lunes o miércoles o sábado, sólo importa si tienes día libre o debes trabajar. Estas 2 semanas con el ritmo rutinario me sirvieron apra descanzar, pero ya fue suficiente, necesito un cambio, necesito algo nuevo. Y como si el universo lo tuviera todo planeado, este sábado (es decir, mañana) es el cumpleaños de Felipe y lo vamos a celerbar en nuestra casita. Primer gran carrte en casa. Están invitados los chilenos de la playa(Brenda, Pioja, Pinpin, Paublo, Marco y Pato), Felipe y Sebastián (por su puesto), los gringos que siempre vienen (Erick, Bud y Yamal) la Keyla (la brasilera que trabaja con nosotros) y la Lia (una compañera de trabajo). Un grupo que de hecho nunca se ha juntado antes. Veremos que sucede cuando los mezclas :). Además, es probable que el domingo vayamos a un bar con la Keyla y otra gente de la playa. Finalmente, el miércoles me voy a Schenectady a pasar el cumpleaños de Leo con él, además del día de lo enamorados (que resultan ser el mismo día) y a sostener uns reunión con la encargada del programa de la beca para ser ayudante del curso de español de Union College. Beca con la que el Leo está allá ahora y para la cual yo esto postulando. Los papeles están entregados y tras esta reunión la suerte estará hechada. Esperemos que todo salga bien y deje una buena impresión. Deséenme suerte.

lunes, febrero 05, 2007

Todo por un guante

Hace poquito llegué a casa de la pega. Me vine caminando, como siempre. En el camino vi un guante botado y como hace poco se me perdió un guante (del par que había comprado para no andar con los masacotudos de nieve que había traido), lo recogí para ver si me servía. Con esto de amoblar la casa con cosas recogidas de la calle, parece que me quedé con la costumbre. Cuando lo levanté vi que estaba roto, asique lo dejé caer en el mismo lugar donde lo había encontrado y seguí caminando. Un señor que venía en auto por la calle me toca la bocina. Yo lo miro. Él detiene el auto en medio de la calle, abre la puerta y me dice "se te cayó un guante" (naturalmente esto lo dijo en inglés, no en español, pero por respeto a aquellos que no dominan el idioma lo he traducido). Entremedio de mi asombro le explico que no es mío y el caballero me responde "haaa, ok", cierra la puerta y sigue su camino.
Los habitantes de este pueblo-ciudad (porque no es ni lo uno ni lo otro, sino una mezcla de los dos) no dejan de sorprenderme por sus muestras de preocupación por el prójimo, que llegan a semejante extremo. Menos mal que no venía nadie a trás que lo chocara. Imagínense que se produsca un accidente automovilístico por evitar que alguien perdiera un simple guante. Creo que lo pensaré 2 veces antes de volver a recoger un guante de la calle.

domingo, febrero 04, 2007

Algunas actualizaciones

Han corrido días de readecuación. Ya llevo más de 1 mes y medio en este lugar y la emoción de lo nuevo se ha ido pasando. Comensé a hechar de menos mi pieza, ese lugar donde puedo encerrarme si estoy chata del resto o simplemente si quiero estar sola. También se añora la comidad casera y a veces tener un verdadero amigo junto a uno. Esta semana hubieron días en que no quería levantarme para ir a la pega y me volvió la queratitis (esa cosa que me había venido a los ojos y que hacía que me molestaran y lloraran con la luz). El cansancio tuvo algo que ver en este decaimiento, asique procuré descanzar durante esta semana. De hecho el martes llamé a la pega y dije que estaba enferma (lo cual no era del todo mentira) y no fui a trabajar. Sin embagro, todos los días hubo algo que me subió el ánimo, algun pequeño detalle.
El jueves tenía día libre y día ir al banco. Decidí ir trotando, porque me dieron ganas de trotar. Hiba saliendo y veo que está nevando. Lo pensé durante 1 segundo y decidí ir igual, asique ¡troté bajo la nieve! El frio afecta un poco la respiración y a ratos la nieve entra en tu boca o te llega a los ojos, esa es en verdad toda la diferencia. A la vuelta del banco me vine por la line del tren y empezo a nevar más fuerte. Era tan lindo el espectáculo que paré de trotar y me puse a caminar para poder disfrutarlo. Había nevado un par de veces antes, pero más despacio. Por primera vez quedaban pelotitas blancas en el suelo y también en mi impermeable. Estaba tan feliz que en minuto me puse a saltar de felicidad. Y aunque resulte increible, no hacía en verdad tanto frío, asique podía disfrutar del espectáculo sin congelarme.
Hoy había sol, estaba despejado, pero cuando venía de vuelta de la pega salió un viento de esos que no te dejan caminar. El viento sique es helado, asique me daba frío y en verdad sentía que me tiraba para el lado y que me dificultaba el caminar, pero me reía sola de felicidad. No hay caso, el viento me reanima como ninguna otra cosa.
Así es como las bondades de la naturaleza me han ayudado a pasar los momentos amargo. Además el descanso a surgido efecto y hoy casi no me molestaron los ojos, además me volvió el ánimo. La pega no me gusta, pero tras el impacto del primer sorbo del trago amargo, vuelvo a mirar con ojos amables y disfruta de las pequeñas cosas. Solo tengo claro que nunca más trabajaré en un local de comida rápida, no es lo mio. Mejor vuelvo a las letras.

jueves, febrero 01, 2007

tercera parte

El caballero que pensaba que ya tenía Nueva York dominado (para mayor información visite www.lv55.blogspot.com) se equivocó y pensóq ue al estación donde nos hibamos a juntar quedaba en otro lugar. Después de muchos intentos fallidos logramos por fin comunicarnos con los chiquillos al celular de Alvarito y como nosotros estabamos al lado del parke nos ellos fueron a donde nosotros estábamos. Por fín concí central park, claro que solo una parte, porque es realmente inmenso.El sonido de la gran ciudad se pierde y hay en sectores donde incluso dejas de ver edificios entremedio de los árboles.Mientras caminaba por el parke cambié de opinión y le dije al Leo que sí podría vivir en Nueva York, pero solo frente a ese lugar, que naturalmente es carisimo.A pasos del centro, con todas las ventajas de una gran ciudad, pero con la posibilidad de poder escaparme en cualquier minuto a ese inmenso parke donde pueda escuchar el silencioso ruido de la naturaleza. El sonido que me calma, me relaja y me llena de energía.
Por primera vez desde mi llegada a USA vi padres jugando con sus hijos.
En verdad, es como estar en otro lugar.

Salimos del parke fuimos al Empire State. Pasamos primeo a un Subway que para mi gusto tiene la mejor comida de todas las cadenas de comida rápida. Luego de comer subimos al mirador del edificio que está en el piso 90. Todos los inmensos edificios parecían de juguete y pude apreciar la inmensidad de esta ciudad.
La próxima parada fue el Times Square. La cantidad de luces es impresionante, caminé un par de cuadras y mi cabeza empesó a colapsar asique salimso por la calle de los teatros. Allí fue cuando tuve la maravillosa idea de pedirle a msi apdres de regalo de cumpleaños 2 entradas para ir a ver una obra de teatro. Como mi vuelo parte desde Nueva York el 3 de abril (el dái de mi cumpleaños), pienso llegar allá un par de días antes y recorrer la parte del central aprk que me faltó, ir a un museo e ir a ver uan obra de teatro. Ya se lo comenté a mi madre y lo encontró una muy buena idea. ¡Se imaginan ver una obra de teatro con actores de Hollywood! Es el mejor regalo, gracias a ambos.

segunda parte

Llegamos al alberge. El señor que nos atendió no er amuy amable. Pedían pasaportes y ni yo ni el Leo habíamos llevado (porque se supone que no hay que andarlos trayendo), pero como el resto tenía nos hiban a dejar pasar igual. No habían piezas mixts, asique hibamos a quedar separados. El resfrío que traía de Virginia Beach, comenzó a agudizarse con el frío tomaod en la mañana. El cajero que había en el lugar no le dejaba al Leo sacar la plata para pagar el alojamiento. Como no me snetía bien pensé que lo más probable era que no saliera y me hiba aquedar sola en la pieza. La acumulación de sucesos negativos nos hizo decidir (al Leo y a mi) irnos a alojar a donde él había dormido la noche anterior. El resto de los chiquillos se quedaron allí, asique nos pusimos de acuerdo para juntarnos a la mañana siguiente e ir a recorrer el central park.
Emprendimos la caminata hacia el metro y en el camino nos topamos con uan sucursal del banco del Leo, asi quepude entrar a ver que pasaba con su tarjeta. Primer indicio de que habíamos tomado al decición correcta. En el banco escucho a unas minas habalr en español, me doy vuelta amirarlas y ella sobviamente cacharon que yo entendí el idioma, asique nos presentamso mutuamente. Resultaban ser unas españolas que estaban por un programa similar trabajando de babysiter. Estaban con la jefa de una de ellas en el lugar, asique tambíen hablé un poco con la señora. Ellas salieron y a los pocos minutos después salimos nosotros. Llegamos a la estación de metro e intentamos pasar los 2 con el boleto por el día que el Leo había comprado en la mañana. Pasé yo primero y luego al Leo no lo dejó pasar, pero justo estaba la jefa de la española quien ocupó uno de sus boletos para que el Leo entrara. Llegó el metro ellas se subieorn, pero nosotros no alcanzamos pues debíamos ver bien en que dirección teníamos que ir. Cuando el metro partí el Leo me dice: "eso no es algo que ocurra amenudo aquí" y así continuaba nuestra racha de buena suerte. Como si todo esto fuera poco, la estación donde debiamos hacer transbordo resultó ser justo donde el Leo debía validar su pasaje de vuelta, asique fuimos a hacer eso. Como habíamso cachado que el boleto no se podái ocupar al tiro de nuevo, decidimos hacer la prueba de esperar un rato y de ahí ocuparlo de nuevo. Pasé yo primero de nuevo y mientras esperamso el Leo fue a preguntar si los boletos servía por el día o por 24 horas, pues había comprado otro el día anterior que quizas aún le servía. No fue así, el boleto sirve por el día, no por 24 horas. Sin embargo, una señora que lo escuchó habalr le preguntó si quería pasar y cuando él le contestó que si ella ocupó su tarjeta para hacerlo entrar al metro. Ya no cabía duda, irnos de ese lugar era lo mejor que podíamos hacer.
Llegamos al alberge y el tipo de la recepción nos cobró más barato, como si todavía quedaran dudas. Nos instalamos y el Leo me mostró el lugar. Había una sala de estar con mesitas y sillas, televisor, computadore, un sofá, un microondas y un resfrigerador y una mesa de pool. Tras ver eso decidimos ir a comprar algo para comer y tomar y disfrutar de esa pieza. Llegamos a una botillería y el señor que atendía nos empesó a habalr en español, pues era hijo de latinos. Luego fuimos a un lugar que quedaba al frente de la botillería a ver algo apra comer. A los pocos minutos llega el señor de la botillería y le empieza a habalr en español a la gente del local. Pro esas casualidades del destino caimso en un barrio de latinos, lo cual hizo que nos trataran super bien. Con todo esto, hasta comencé a sentirme mejor. Es sorprendente como una pequeña desición puede hacer que toco cambien y un dái malo se vuelva bueno. Hay veces que la vida te sonríe