Navidad en Hampton

Para celebrar la navidad de forma decente, no fuimos a Hampton. Allí están 2 chilenos que trabajan en otro Hardee’s. Ellos tienen casa ya y a mami Mary, la señora de Hardee’s encargada de ellos que es muy buena onda. Es la mami Mary porque de hecho se ha preocupado de ayudarnos a nosotros, que en estricto rigor no le corresponde. Emprendimos entonces el viaje a Hampton con maletas y arbolito. El arbolito nos lo regalaron en nuestro Hardee´s.Un pascuero, 2 pascueras y un duende portador del árbol esperaban en el paradero el bus. Naturalmente la gente nos tocaba la bocina.
Fue un viaje de cómo 1 hora y media con un transbordo, el cruce de un largo puente y una carretera bajo el mar. Como era de esperarse, casi nos perdimos, pero el sentido de orientación de nuestro guía Alvarito no falló. Llegamos a la casa de Felipe y Sebastián, quienes viven con un panameño y un brasilero que trabajan en otro Hardee’s. Tocamos la puerta y el timbre, gritamos y nadie contestó. Debimos esperar en la puerta.Los chiquillo se habían preocupado por nuestra tardanza y había salido a buscarnos. Allí mismo conocí a Sebastián, a Felipe lo había conocido en Santiago. El panameño y el brasilero habían ido a pasar la navidad a la casa de sus jefes que los habían invitados. Así que tuvimos una celebración chilena.
Vale (Valeria Lepe)

Val (Valeria Acevedo)



Val y Alvarito
Los dueños de casa Sebastián y Felipe

Pusimos el arbolito con los regalos.

Mami Mary nos regaló una cena con pavo, choclo, porotos verdes, papas dulces y lechuga. La cena fue acompañada con un vino que Sebastián había traído vino de Chile.}

Compramos unas botellas chicas de Bacardi Silver en distintos sabores como manzana, frutilla, melón, durazno, raz y O3. Con ello hicimos un brindis a las 12 chilenas, pues fueron nuestro aperitivo.

Las tres chiquillas modelando con las botellas

Compramos también un galón de helado que nos sirvió de postre y desayuno.

Con la Val cantamos villancicosy también otras cosas.

A las 12 de USA intercambiamos los regalos. Los chiquillos hicieron un amigo secreto antes, en el que el Leo y yo no participamos porque no conocíamos a todos y ya nos teníamos regalos mutuos. Así cada uno recibió un regalo.


A Álvaro le tocó la Vale Y le regaló un pelucho de cebra para rellenar a su gusto, el cual fue un gran juguete parfa el resto de la noche. Sobre todo para felipe, quien estuvo lagro rato rellenando a la cebra por el ombligo.


A la Vale le tocó la Val



Yo abriendo el regalo que el Leo me dió, un collar de corazón que se abre y se le pone una foto adentro con nuestras iniciales grabadas atrás.
El Leo abrazando mi regalo,
la bata que siempre había querido con su iniciales bordadas.
A Sebastián y felipe les tocó regalarse entre ellos

Ni que lo hubieras planeado así, al final todos recibimos los regalos de los más cercanos.

Cerca de las 1:30 hizo efecto el que estuviéramos trabajando y nos dio sueño, así que nos acostamos temprano.

Al otro día desayunamos helado con sanguchitos de ave mayo.


Amaneció lloviendo y estuvimos en pijamas hasta como las 1.
Luego nos levantamos y emprendimos el viaje de vuelta bajo la lluvia.

Nos empapamos esperando el bus en el paradero que no tenía techito. Nos pusimos debajo de un árbol donde igual nos caía agua. El día anterior dábamos riza, ahora dábamos pena. Primera lluvia tan fuerte que nos tocaba. Nos había llovido una vez antes, pero había sido super suave. Yo ni si quiera había lleva la parca. En la estación donde hacíamos transbordo teníamos que esperar un buen rato, así que entramos a los baños a tratar de secarnos algo con el secador. Mientras las dos vales estaban en eso en el baño pasó el viejo pascuero y el regaló un llavero a Alvarito, un pascuerito de adorno que suena al Leo, una Kelly Barbie (que es una niña Barbie) a mi y no se que a 2 negros más que estaban en la sala. Al parecer sólo le quedaban 5 regalos a este señor y cuando quedamos 5 en la pieza los entregó diciendo “Merry Christmas”.

Al llegar a Virginia Beach ya no llovía. Se notaba que había llovido, pero no tan fuerte como en Hampton. Se notó de inmediato que habíamos llegado a la playa, pues había viento, pero era tibio. Devuelta a nuestro provisorio hogar, el Days inn.