Siguiendo al viento

viernes, diciembre 08, 2006

desde Providencia a Las Condes

Hoy fui a providencia y decidí caminar de vuelta hasta mi casa (hubicada en Isable la Católica entre Manquehue y Tomas Morro). Mi caminata partió cerca de Lyons. Antes de llegar a Tobalaba ne topé con una vagabunda, que me pidió dinero. Se lo hiba a dar y me acordé que recién me habai compraod un helado dodne gasté los docientos pesos que tenía, asique no tenía más que una moneda de 500. Le dije que no tenía monedas y me contestó con algo así como "uno billetito entonces uno de esos que cuestan tanto" y luego agregó que había tenido una mal día. La miré a los ojos y no le pude decri que no, asique les di los 500 pesos. Después de despedirme y reanuda rla marcha pensé "volví a ser debil". Esque en todos estos años habái creado uan barrera para tratar de que no me afectara ver a estas persona, pero no me funciona. Es cierto que hay muchos que mienten y que engañan y gente que pide en vez de trabajar, pero también hay quienes no han tenido otra opción, personas que realmente necesitan ese dinero para comer y si uno los mira alos ojos, va a saber cuando es verdadero. Al llegar a la esquina con tobalaba me encontré con un vagabundo que también me pidió una moneda. Le dije que le había dado lo que tenía a una mujer, pero el señor que venía atras le dio. Y fue una viva imagen de como si cada uno aporta con su granito de arena, la cadena funciona.
Seguí la caminata y encontré una grupo de jóvenes tomando, como celebrando algo, en la calle. Tambien vi a un tipo fumando un pito en plena via pública. Otro tipo que pasó en frente de los pacos tomando cerveza en una lata y los carabineros conversaban entre ellos. Carabineros que, a todo esto, aparecían por doquier! Me topé por o menos con unas 5 parejas de pacos! También había un tipo sentado en un banco, leyendo uan revista, con una pierna cruzada apoyda sobre la otra y un solo zapato puesto. El ie que descanzaba sobre la pierna contraria estaba descalzo, pues el zapato permanecía al lado del otro, en el suelo. Lo miré un poco sorprenida y el tipo me sonrió. ¡Eso si que es estar relajado! Al acercarse a vespusio comenzó a aumentar el ruido, asique decidí meterme por calles chicas. Llegué a un parque con unos arbolitos en miniatura, donde uno apenas cabe parado debajo de ellos, pero las ramas eran preciosas, llenas de curvaturas. Cerca de colon, ya habiendo cruzado vespucio, escucho el ruido de alguien tirándo se a uan piscina y veo a un tipo mirando por la pandereta desde el patio del edificio de donde vino ese ruido hacia la calle. Estaba con los brazos cruzados apoyados sobre la pandereta y la cabeza en cima. Tenia toda la pinta de haber estado en la piscina y estar aún en traje de baño. Al parecer, ahroa se entretenía viendo a la gente pasar por la calle. La caminata terminó comiendo cerezas que me convidó mi vecina, cuando la saludé por la ventana de la cocina de ellos que da a la entrada de autos de mi casa.