Paralelos y realidades
Como era fin de semana largo y el aire en Santiago no ha estado muy bueno, me fui a Puerto Velero el viernes en la noche junto con mis padres y mi hermana. Mi hermano no podía ir por trabajo. Como es habitual con mi familia, salimos baste más tarde de lo planificado, asique llegamos a eso de las 1 de la mañana, sin haber comido. Decidimos probar suerte e ir al nuevo Chiringo (el restoran de Puerto Velero). Digo nuevo porque cambió de concesionario recientemente. La antigua concesonaria era muy buena y se había transformado en amiga de mi familia. Siempre hibamos a comer allí, incluso pasamos algunos años nuevos en la fiesta que ofrecía en el restaurante.
No nos fue muy bien con eso de probar suerte. El tipo ni si quiera tenía una estufa asique nos congelamos de frío. Además todavía no le llegaban las viñas de vino, solo tenía 2 merlots y algunos Cabernert Sauvignon. Comimos pescadoa la plancha, mi familia con puré y yo con amriscos salteados. Mala elección, noe staban muy buenos los mariscos. El pescado y el puré sí, pero mi mamá tenía razón cuando dijo, que eso es como imposible que esté malo. En fin, despue´s de eso decidimos no ir nunca más. Mis padres habían ido ya una vez que mi papá tuvo que ri a Coquimboa una reunión y mi mamá lo acompañó. Obviamente, yo me hizo cargo de mi hermana, asique estuve de mamá por 1 día. Eso fue hace un par de semanas y la cosa estaba mas o menso igual que ahora. El tipo estaba recién cambiándose, se podía entender que no tuviera mosos, ni vinos, ni nada de eso; asique le dieron otra oportunidad. Era fin de semana largo, era su opción de ganarse a la clientela y definitivamente falló. El domingo fuimos a almorzar a la hacienda de la Paulina, la antigua concesionaria del Chiringo y medio Puerto Velero estab allí. Incluso supimos de una pareja que fue al susodicho restorán y despueps de un rato se pararon y se fueron donde la Paulina. Srgio, el mosos que siempre nos atiende pensba en quedarse trabajano con el nuevo consesionario, pero después del fin de semana del primero de mayo se fue, porque era un desastre y ahora está trabajando con la Paulina.
Da un poco de pena y algo de nostalgia, para todos loque formamos parte de la comunidad de Puerto Velero, ver loq ue está pasando con ese lugar. Por otro lado, ver la Hacienda Santa Cristina es revitalizante. Nosostros la habíamos conocido cuando aún estaba arreglándola para habilitarla como una especie de hotel, una vez que la Paulina nos invitó a tomar onces. Ahora la vimos terminada y funcionando. Es el sueño de su vida, para lo que había trabajado todos estos años y finalmente lo cumplió. Según mi parecer, el tipo de turismo que hace falta. Contrasta con esos enormes edificios modernos con millones de piezas que pretenden ser la puerta a la modernización de nuestro pais; al tiempo que rompen con el ambiente natural y la tranquilidad que hacían a ese lugar mágico. La hacienda, tiene WIFI, calefacción central, televición con cable, dividí y todas las comodidades de la modernidad; pero no destruye el ambiente. Lejos de ello, lo conserva, al tiempo que rescata tradiciones y un pedacito de nuestra cultura. Rescata lo que era la vida en el campo, hace solo unos años atrás. Hoy, que muchos niños de la ciudad sólo conocen a los animales de campo por estos verdaderos parques de diverciones que imitan una granja. Es que para muchos se ha vuelto una realidad muuuy lejana, siendo que es la única para otros chicos del país.
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