El viaje a Nueva York: primera parte

Nos fuimos en un os buses chinos que eran más baratos. La hora de partida era a las 12 de la noche. Llegamos a la estación y el olor a asiático inundó nuestros pulmones. Gracias a Dios el olor era menos en el bus y nuestras narices tienen ese don de acostumbrarse a los olores, de tal manera que al rato ya no lo sentíamos. A los pocos minutos de iniciado el viaje comienzan a transmitir una película que desde las propagandas previas se cachó que era antigua. Resultó ser una mezcla entre porno y terror, la peor mezcla, sobre todo conciderandoq ue er auan película vieja y ya las de terror antiguas son malas, imagínense. Ninguno vio mucho de la película, mejor aprovechamos ese tiempo en dormir. Alvarito dijo que en un minuto se despertó y se asutó por lo rápido que hiba el bus. Debe haber sido más o menos así, porque llegamos como 1 hora antes a NY.
Aún no amanecía cuando nos bajamos del bus. Como se podrán suponer, llegamos al barrio chino. A esas horas de la madrugada parecía bastante tranquilo, pero cuando tomamos el bus de vuelta pudimos apreciar el acierto de las películas al retratarlo. El paradero de los buses era además una feria.
Vaya 2 en 1, podrán imaginrse el colapso. Claro que nada de eso se apreciaba a las 6 de la mañana. Con el Leo habíamos quedado de juntarnos allí, él estaría en el paradero cuando nosotros llegáramos, pero como nos adelantamoa era natural que no estuviera. El problema es que las horas pasaron y el caballero no llegaba. Luego de congelarnos esperándolo decidimos dejarle un carter con el nombre del alberge donde nos ibamos a quedar y el número del celular de Alvarito.
Hecho aquello partimos a recorrer Nueva York. Salimos del barrio chino y fuimos al puente manhatan que estaba cerca.

Lo primero que me sorprendió fue el que en realidad no hubieran casa, eran pudos edificios uno al lado del otro y pensé que no podría vivir allí.Llegamos a la zona cero y todo el dolor que aún hay en ese lugar me abrumó. Me venía una pena y uan angustia de no se donde. No la podía controlar y de los ojos em emepzaban a caer lágrimas. Nunca me habái pasado algo así. Debe ser por lo reciente y enorme de lo ocurrido allí. Hay un panel lleno de fotos de lo ocurrido el 11 de septimbre junto a una emorme lista de las personas muertas en el atentado. Están costruyendo algo allí en este minuto, que pretende ser una recordatorio de lo sucedido y un homenaje a los muertos ese día.
Es impactante estar en ese lugar. Me acurdo de lo increible que fue ver esas enormes torres desplomarse en un segundo y saber que habían millones d epersonas adentro que murieron. me acuerdo de ese día, de ver a las personas tirarse por las ventanas en la desesperación. Estar a kilometros de distancia viendo todoe sto por televisión y no poder creer lo que estába pasando. Y ahora estuve en ese lugar. Fue tan fuerte lo que sentí, que cuando salimos de allí tuve que sentarme por un instantes a reponerme. Solo después de un rato pude volver a lesear con los chiquillos. (en el ferri)
Nuestra próxima parada fue la estación del Ferri que nos llevó gratis a ver a la Estatua d ela libertad. No nos bajamos en la isla ni nada de eso, pero estuvimos lo suficientemente cerca como para tomarnos fotos con ella. Cuando me hiba bajando del Ferry, el Leo logró por fin comunicarse con migo. Justo poco antes había llamado la Maca (una amiga de la Val) y habaimsoq uedado de jutnarnos con ella en la Littel Italy, asique quedamos de juntarnos con él donde mismo. Llegamos a la ezquina convenida y vemos a los dos esperando, uno al aldo del otro. Cuando nos saludamos a la distancia cacharon que eran amigos de las mismas personas asique se saludaron entre ellos. La Maca andaba con otra amiga más, asique en total llegamos a ser 9. Ya todos reunidos fuimos a comer a un restaurant de comida italiana. Pensaba comerme una pizza, cosa que no he comido desde que llegé acá, pero terminé comiendome una sopa de tortellines para pasar el frio.Después de comer partimos a registrarnos en el albergue.