Siguiendo al viento

sábado, septiembre 29, 2007

Falsa alarma

Pasadito las 4 de la mañana me despertó la alarma de fuego de la casa. Como no se cortaba me levanté. En el pasillo me encontré con Mano, quien también había sido despertada por la alarma. Bajamos a ver que onda y abajo encontramos a Ray. Llegó la seguridad del campus y tuvimos que evacuar la casa mientras ellos revisaban. John, con Jazmin y un amigo de John aparecieron. Ellos también estaban durmiendo. Como se podrán imaginar, no había ningún incendio. Al parecer habían algunas personas fumando marihuana en la casa, pero alcanzar a irse antes de que llegara seguridad. Fue Ray el que tuvo que dar la cara, pues era el único que estaba despierto en el primer piso (que fue donde pasó esto). Obviamente, los guardias sintieron el olor y supieron que pasaba. Preguntaron quien estaba abajo e interrogaron a Ray, mientras la alarma seguía sonando y el resto nos congelábamos afuera. Yo estaba con un pijama de verano (shorts y polera manga corta) y sin zapatos. Me acerqué a preguntar si podía ir a buscar una chaqueta a mi cuarto porque me estaba congelando y no me dejaron. Me dio tanta rabia. Mano me dijo que es por ley que no me puden dejar entrar, por si hubiese un fuego que ellos no hubieran visto, por precaución; sin embargo, ellos sabían que no había fuego, sabía bien que pasaba y también sabían que yo no tenía nada que ver en eso, pero aún así no me dejaron ir a buscar nada. La verdad es que el tipo me dijo "desgraciadamente no puedes subir", es decir no fue nada en contra mio, pero era seguir las reglas por seguir las reglas. Me chocó lo absurdo de la situación, si en verdad no quería que me pasara nada hubiera subido con migo a buscar la chaqueta o algo así, pero les faltó el sentido común, pensar por ellos mismos y no sólo seguir las normas. Pensé en Chile y en mi experiencia con la policía, indirecta o directamente. Si saben que tú no has hecho nada realmente malo, muchos te tratan de ayudar y hacen exepciones. Me pasó a mi cuando atropellé a la chica y no me dejaron presa por la noche, como deberían haberlo hecho, pues sabía que no era mi culpa. Le han pasado también cosas similares a amigos mios y en algunas de esas yo he estado presente. Pensé también en los cuentos que he leido y las películas que he visto para el curso de literatura femenina hispanoamericana. En ellos se muestra como en latino américa hay una ley basada en el sentido común que está por en cima de la ley judicial. Entonces ví lo particular que es eso y como difiere de la realidad de acá. La ley que es ejecutada sin pensar, en vez de proteger termina haciendo daño. Se necesitan personas para llevarla a cabo de forma sana, no robots.